El mantenimiento de las bolas transportadoras va a depender básicamente de la calidad de sus componentes. El acero inoxidable y el acero zincado garantizan una durabilidad muy prolongada, incluso en situaciones en las que la bola debe soportar pesos muy elevados.
Las bolas transportadoras de acero necesitan un mantenimiento mínimo, cada unidad se lubrica durante el proceso de fabricación, el único proceso de mantenimiento posterior se basa en añadir pequeñas cantidades de lubricante cuando sea necesario, para garantizar que los movimientos rotatorios son los adecuados.
Respecto a su limpieza, es importante que la cazoleta no acumule residuos, por tanto será importante retirar cualquier material que pueda llevar a la superficie de la cazoleta, y que pueda impedir que la bola de carga gire con normalidad.
Las bolas transportadoras son muy resistentes, y se pueden incorporar a todo tipo de sistemas de transporte industrial, pero conviene evitar su exposición a temperaturas extremas (mínimas aproximadas de - 30º C y máximas cercanas a los 100º C).